Ella es Gaena, la elfa que me inspira y me acompaña.

8 de marzo de 2011

La Amistad

Afectarás positivamente tu ambiente y alcanzarás mayores
satisfacciones, ganando nuevas amistades y manteniendo al día las que
ya tienes.
Los contactos con otras personas pueden ser más frecuentes y positivos,
si das seguimientos a las relaciones y quedas bien, manteniendo siempre
las puertas abiertas para ti. Cultivas a quienes te rodean, vecinos,
compañeros de trabajo, amigos de los hijos…
No pierdes nada con ganar amigos.
Puedes mantenerte alerta y conciente de lo que está pasando, en
cualquier lugar donde estés, antes de hablar o actuar, escucha,
observa, y sintonízate a las personas y a los acontecimientos. Evitemos
ser indiscretos, o inoportunos.¨
Por otro lado, no seas de las personas “tan buenas”, que no saben decir
“no”. Ensaya y practica cómo decirlo. Para ganar y conservar amigos,
crea un repertorio de diferentes maneras elegantes de decir “no”, sin
ofender ni disgustar a los demás.
No pierdes nada con ganar amigos.
A mí en ocasiones me han dicho un “no”, tan diplomático ¡que he acabado por agradecerlo!
Asertividad incluye el arte de decir que “no” con elegancia y firmeza,
sin maltratar. Debes desarrollarla para que puedas atreverte a
confrontar situaciones con gente que te parece “difícil”. Tendemos a
evitar dichas personas y les concedemos un deseo y exigencias, con tal
“de que no se ponga peor la relación” , que con toda seguridad se va a
empeorar o se debilitará.
Confrontar no es pelear ni atacar, es sencillamente dar la cara y decir
lo que se siente, pero haciéndolo con tacto y diplomacia.
Pertenece a la fórmula de la “asertividad” el defender aquello que es
justo y defendernos ante lo que no está bien. Si callas y no dices
nada, pierdes el derecho a protestar. El que calla otorga, y el que no
habla a tiempo, “que calle para siempre”.
Para ganar y conservar amistades, te sugiero que desarrolles también la
astucia de saber escapar a tiempo de situaciones amenazantes,
peligrosas o que se tornen demasiado hostiles. Eso le da tiempo a todos
para que se enfríen los ánimos, y piensen más claramente, porque en una
agitación nadie piensa.
Si no puedes escapar físicamente, aléjate mentalmente. ¿Cómo? Pues
imagínate alguna otra escena que sea más grata, como por ejemplo, te
vas para la playa, en un viaje mental.
¿Si la persona difícil eres tú, entonces qué?
Pues te superas al manejar las situaciones del diario vivir que estás impidiéndote cultivar la amistad.
No pierdes nada con ganar amigos.
Tú puedes ser el que siempre saluda primero.
Antes que la otra persona lo piense, ¡ya decidiste por los dos!

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